Consiste en derruir, destruir o abatir las construcciones o elementos constructivos que sean necesarios eliminar para la adecuada ejecución de la obra, tales como aceras, firmes, edificios u otros y su posterior desescombro.
Los trabajos que deben realizarse para demoler o derribar requieren una gran especialización, ya que, al retirar elementos pueden aparecer, en muchos casos, elementos estructurales inestables. En ambos tipos de trabajos, por lo tanto, extremamos las buenas prácticas.